La pediatra Irene Alías de HLA Mediterráneo te cuenta cómo detectarlas
Los ganglios son unos nódulos pequeñitos, por lo general menores de un centímetro, que forman parte nuestro sistema inmune que se encarga de defendernos frente a infecciones. En los ganglios se filtra la linfa y también se encargan de producir glóbulos blancos que son las células que intervienen en la defensa de nuestro organismo frente a las infecciones.
Hay ganglios a lo largo de todo nuestro cuerpo: axilas, ingles, cuello… En los bebes, por ejemplo, es muy frecuente también palpar pequeños ganglios a nivel occipital (en la parte posterior de la cabecita….)
Un ganglio normal va ser pequeñito, normalmente menor de un centímetro, de consistencia blanda, redondito, móvil (con los dedos podemos moverlo un poquito, no está adherido a otros tejidos), no esta rojo, ni caliente, no es doloroso y no crece.
¿Qué son las adenopatías?
Una adenopatía es un ganglio linfático que se inflama y aumenta de tamaño, cambia de consistencia volviéndose duro, que no se puede movilizar, en ocasiones se puede acompañar de cambio en el color de la piel o ser doloroso.
En los niños, debido a que a lo largo del año cursan múltiples infecciones (cuadros catarrales, otitis, laringitis, faringitis…), es frecuente que los ganglios de las zonas próximas al lugar de la infección aumenten de tamaño, ya que “están trabajando, defendiéndose contra la infección”, llegándose a palpar o a observarse a simple vista; por eso es muy habitual encontrar cuando están enfermos adenopatías en el cuello.
En las infecciones víricas, por lo general, (como ocurre, por ejemplo, en las mononucleosis, producidas por el VEB y citomegalovirus) pueden asociar adenitis bilaterales (es decir, se inflaman los ganglios de ambos lados del cuello). Mientras, en las infecciones bacterianas (por ejemplo, las provocadas por un estreptococo) suele ser una adenopatía unilateral (aumenta de tamaño más de un centímetro, pudiendo asociar enrojecimiento de piel y dolor). En estos últimos casos, al ser de etiología bacteriana, sí precisará antibiótico.
En los niños, en la inmensa mayoría de los casos, van a ser simplemente una respuesta de nuestro organismo frente a la infección que están cursando (cuadros víricos, generalmente) y tras pasar la infección volverán a su tamaño habitual. Únicamente un mínimo porcentaje se asociaran a procesos malignos.
¿Cuándo debo consultar al pediatra?
· Si la adenopatía permanece sin cambios mas de tres semanas, lo normal es que en unas cuatro semanas vaya disminuyendo de tamaño, y en 2-3 meses haya desaparecido.
· Aumento rápido de tamaño.
· Piel roja, caliente e indurada.
· Adenopatía de consistencia pétrea que no se puede movilizar.
· Si mide más de un centímetro.
· Si asocia cansancio, pérdida de peso y de apetito, malestar…
· Si se localizan a nivel supraclavicular (encima de la cláviculas). Estas siempre hay que estudiarlas.
¿Cómo se tratan?
En la mayoría de ocasiones, no van a precisar tratamiento o solo será tratamiento sintomático con paracetamol o ibuprofeno si asocia fiebre, o dolor, ya que la causa suelen ser cuadros virales.
Cuando se sospeche causa bacteriana o si presentan sobreinfección sí precisarán tratamiento antibiótico y en determinadas situaciones si no responden pueden precisar drenaje quirúrgico.
Si deseas más información, puedes hacer llegar tu consulta a través del formulario de contacto. Estaré encantada de poder ayudarte.
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